VOTARE DOS 2, POR HIPOLITO
Por JUAN T H
La
Comisión Organizadora de la Convención del Partido Revolucionario Moderno (PRM)
que preside doña Milagros Ortiz Bosch informó que “todo está listo” para que
este Domingo más de dos millones de inscritos en el padrón puedan ejercer su
derecho al voto para elegir al candidato presidencial de ese partido.
En
varias ocasiones sugerí que se pospusiese por lo menos un mes más, pero un
sector importante del PRM con más de dos años en campaña, tenía prisa en que la
primaria se realizara en tiempo récord, terminara “pato o gallareta”. ¡Y se
hará!
A
pesar de los contratiempos, los comisionados que encabeza Ortiz Bosch hicieron
un trabajo tesonero para montar la Convención. Los felicito con la esperanza de
que no haya dificultades mayores y que los resultados sean creíbles y aceptados
sin pataleo por los competidores, que sea una verdadera “fiesta de la
democracia”, como ha dicho Luís Abinader.
Cumpliré
con mi parte: Temprano en la mañana, ordenada y pacíficamente, iré a depositar
mi voto. Y lo haré marcando la casilla número dos por Hipólito Mejía, a mi
juicio el mejor candidato de los que aparecen en la boleta para enfrentar al
candidato del gobierno, no importa quién sea, ni cómo se llame.
Votaré
dos, por Hipólito. No solo por lealtad al compañero y al amigo de tantos años,
sino porque considero que en las actuales condiciones políticas, económicas y
sociales puede derrotar la Corporación corrupta y despiadada que dirige el
Estado en las elecciones del año próximo para sacar el país del atolladero en
que se encuentra.
A
Hipólito Mejía, al PRD y al pueblo, Leonel Fernández y el PLD le robaron las
elecciones presidenciales pasadas mediante mecanismos tan diversos como la traición, el fraude y el uso abusivo de
los recursos del Estado.
A
muchos no le gusta su estilo franco y sincero. No le gusta su espontaneidad. A
mí sí. A mí me gusta la gente que dice lo que piensa aunque se equivoque, me
gusta la gente capaz de admitir sus errores. No me gustan los infalibles, los
que hablan ex catedra, los que todo lo saben. Los genios, los predestinados.
Esos no me gustan. A Hipólito lo siento de carne y hueso, tan humano como yo,
como todos. Me gusta su sabor a pueblo.
Pasó
por la presidencia sin robar ni matar, cosa rara en cualquier mandatario
latinoamericano. Su gobierno prometía ocupar un lugar privilegiado en la
historia a ser por la crisis bancaria que enfrentó valientemente, salvando el
sistema financiero, sin importarle el costo político.
De
no ser por la quiebra fraudulenta de algunos bancos privados, su gestión habría
sido memorable. Cuando intentó la reelección cometió uno de sus errores más
graves. Y lo sabe. Cada vez que puede, dice que metió “la pata” intentando
mantenerse en el poder un periodo más.
Es
un líder natural, dueño de un carisma poco común.
Nunca
ha perdido una contienda interna en toda su vida partidaria. Confío en que
tampoco lo hará ahora, pues las bases lo respetan, lo quieren, lo aceptan tal y
como es, sin poses, sin mediatintas.
Apoyado
por el PRM y la Convergencia, estoy seguro que puede volver a la presidencia de
la República para producir los cambios, radicales, que demanda la sociedad
dominicana. Tiene la experiencia, la capacidad, voluntad y el deseo de hacer
grandes cosas por su pueblo. ¡Y las hará si tiene la oportunidad!
Por
todas esas razones este domingo, temprano, en la Convención del PRM, votaré
dos, por Hipólito Mejía.
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