“La política unitaria de algunos dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano, solo existe como retórica sofista”

Ninguna de las tendencias, por si sola, está en capacidad de comandar eficientemente las vías necesarias que nos conducirían al logro del triunfo electoral en el 2016. Todos los perredeístas, somos necesarios para lograr un triunfo en un futuro próximo.
No se puede
excluir a ningún perredeísta.
Nadie puede
ser exento de los derechos que le corresponden.
La
aplicación oportuna de políticas asertivas, en donde cada miembro y dirigente
del partido sea incluido, nos ofrecería la oportunidad de que las puertas se
abran a nuestro esfuerzo de unidad partidaria. De continuar esa constante, de
excluir a los que no coinciden con los lineamientos de los demás, solo nos
proporcionarían las repetidas frustraciones del pasado. Fruto de esas políticas
irregulares; “hemos tenido que soportar las amargas experiencias de postergar
las oportunidades de llegar al poder”.
El PRD tiene el compromiso histórico de superar cualquier dificultad que impida la unidad de todas sus fuerzas internas. Fuerzas que deben coincidir en la aplicación de las estrategias que le llevaran al poder, y con garantía, de establecer las bases para hacer los cambios que urgentemente se necesitan en el país.
El talón de Aquiles de la división, debe ser superado desde ahora, si pretendemos dirigir nuevamente las políticas socio-económicas que necesita el país.
El PRD tiene el compromiso histórico de superar cualquier dificultad que impida la unidad de todas sus fuerzas internas. Fuerzas que deben coincidir en la aplicación de las estrategias que le llevaran al poder, y con garantía, de establecer las bases para hacer los cambios que urgentemente se necesitan en el país.
El talón de Aquiles de la división, debe ser superado desde ahora, si pretendemos dirigir nuevamente las políticas socio-económicas que necesita el país.
Otra gran
oportunidad se ha presentado para que el partido abra una nueva ventana de
esperanza para el pueblo dominicano. La responsabilidad histórica está en la
decisión de los máximos dirigentes del partido, quienes deben poner a un solo
tono la consigna asimilada por la inmensa mayoría del pueblo dominicano, que
exige un entendimiento entre todos los perredeístas, por el bien de la
democracia dominicana.
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