"El egocentrismo del PLD apabulla al país"
Por: Fabio Herrera Miniño - Se le está repitiendo al país hasta la saciedad, que los políticos del partido gobernante desde el 2004 se mantendrán en el poder hasta el 2044, ocasión del bicentenario de la Separación de Haití, de forma que ningún otro partido con aspiraciones y ambiciones de sus miembros, ni sueñe con acercarse al poder hasta que no concluya la dinastía morada de los 40 años.
Incluso, en estos días navideños, corrió la versión de que ya se estaba tramando un pacto entre los dos principales líderes del PLD para repartirse el período 2016-2024, en que los artífices de tal sueño basaban sus anhelos en que los demás políticos, tanto del PLD como los de la oposición, no reunían las condiciones para gobernar el país.
Tal estrategia, de aplastar a los políticos de todas tendencias, tanto del oficialismo como los de la oposición, se fundamentan en una tesis de la predestinación, a la que tan apegado es el presidente del PLD, que lleva a menospreciar a sus rivales de que no saben conceptualizar, razón por la cual casi no participa en debates, pese a que lleva adheridos un respetable conglomerado de periodistas y comentaristas de televisión y radiales, que le deben gratitud por la forma de cómo los ayudó a enriquecerse, que ya algunos se consideran expertos degustadores de los mejores vinos del mundo.
Faltando siete periodos presidenciales para llegar al bicentenario de la Separación, la viveza y sagacidad de los dominicanos, ya especulan acerca de quienes serían los privilegiados para acceder al poder a partir del 2016, sin faltar quienes creen que se establecería una dinastía familiar, como una forma de hacer notar que solo la capacidad e inteligencia se concentra en pocas mentes de una sola familia, y el país sumisamente debe aceptar la realidad de nuestra incapacidad y asumir lo que diga quien, desde hace 18 años, se considera predestinado por su inteligencia y su sagacidad política, muy admirable frente a la mediocridad de los demás dirigentes políticos.
Ya el PLD está en ebullición por su Octavo Congreso, y la muestra es su dinámico proceso interno de ampliación del Comité Central, que los aspirantes se están promoviendo en costosas campañas como si fuera para a participar en un debate nacional electoral, revelando que las mieles del poder, que disfrutan los peledeístas, son abundantes y ha sido regada a todos los niveles, por lo que algunos se sienten asustados por sus advenedizos compañeros que también quieren comer de los caramelos que desde hace años disfrutan. Tal privilegio no se lo dejarán arrebatar por otros compañeros, ya que ellos se consideran escogidos por encima de las demás fuerzas políticas en la oposición, que no tienen calidad para ser apoyados por los dominicanos. Es una misión del egocentrismo de los peledeístas, que solo ellos deben gobernar al país. De ahí la profecía de los 40 años como si tratara del tiempo que Moisés pasó en el desierto, o que el PRI en México estuvo en el poder por más tiempo y los comunistas en la Unión Soviética duraron 70 años. Con el poder logrado por el líder del PLD, para controlar todos los organismos del Estado, desde los legislativos y los judiciales hasta parte del Ejecutivo, se le cree que sus pronósticos de permanencia en el poder no es una sencilla demagogia o engreimiento, y más que ya está inmerso en una hábil campaña de promoción para las elecciones del 2016, tratando, con el uso de los más diversos medios, empañar, minimizar y desmeritar el trabajo que lleva a cabo su compañero de partido, Danilo Medina, que al gusto de los dominicanos está llevando a cabo una ajustada y ecuánime gestión presidencial, lo cual se demuestra en los elevados índices de aceptación y popularidad que disfruta desde el 16 de agosto del 2012.
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