República Dominicana sigue quemándose en las evaluaciones
Juan Bolivar Diaz
La República
Dominicana sigue quemándose en la generalidad de las evaluaciones
internacionales, con un balance devastador en la última semana en relación a
seguridad ciudadana, homicidios, muertos por accidentes de tránsito, y en
desvío del presupuesto nacional.
Pero lo más
impactante fue el informe del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales
(CSIS), con sede en Washington, que planteó que el país se encamina a un
régimen unipartidista y que los niveles de corrupción ponen en peligro la
estabilidad económica y la democracia dominicana.
Inseguridad
ciudadana. En percepción de inseguridad la población dominicana alcanza el
mayor nivel entre 18 países latinoamericanos, según un estudio presentado el
martes en Nueva York por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), que también resalta la alta proporción de homicidios que se registran
en la sociedad dominicana.
Casi dos
tercios de la población dominicana, 64.8 por ciento, percibe un deterioro de la
seguridad ciudadana, por encima de naciones centroamericanas, de Venezuela,
Brasil y otros donde desde hace décadas se ha registrado un persistente
deterioro con altas tasas de homicidios, feminicidios y asaltos de bandas
callejeras y de sicarios, a menudo ligados al narcotráfico. Después de los
dominicanos, los venezolanos, brasileños y mexicanos son los que perciben mayor
inseguridad, con proporciones de 58, 57 y 56 por ciento respectivamente.
El país
encabeza también con 21.5 por ciento las poblaciones latinoamericanas que han
sentido la necesidad de cambiar de barrio por temor a la delincuencia. La tasa
de homicidios se duplicó en el país entre el año 2000 y el 2014, liderando la
región, hasta alcanzar 26 homicidios por cada 100 mil habitantes en el 2010,
aunque se redujo al 23 por ciento el año pasado.
Aunque este
informe no lo indica, la RD también está entre los líderes de la región en
proporción de asesinatos de mujeres, los llamados feminicidios. Lo mismo viene
ocurriendo en muertes por accidentes automovilísticos, donde la Organización
Mundial de la Salud coloca el país como segundo a nivel mundial, después de la
isla Niue en el Pacífico, lo que fue recordado esta semana por el director de
la Autoridad Metropolitana del Transporte al dar a luz pública un programa
educativo para reducir los accidentes que están cobrando mil 500 vidas por año,
la segunda causa de muerte en el país, después de las cardiovasculares.
Desvío
del Presupuesto
Durante una
conferencia dentro de un seminario auspiciado por la Cámara Americana de
Comercio, el representante local del Banco Mundial dijo esta semana que la
frecuencia de los sobornos y los desvíos presupuestarios son más elevados en
esta nación que en todas las de América Latina.
Al
establecer una conexión con la economía y la pobreza, el doctor McDonald
Benjamín sostuvo que la corrupción es un impuesto regresivo, indicando que el
pago de sobornos constituye una mayor proporción de los ingresos de las empresas
medianas y pequeñas que de las grandes.
Aunque
reconoció algunos avances, el funcionario internacional se quejó de poca
efectividad en las políticas de competencia, lo que afecta la innovación y el
crecimiento. Propugnó por una reducción de la discrecionalidad y mayor
transparencia y rendición de cuentas.
El Banco
Mundial, junto al Banco Interamericano de Desarrollo, el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, la Unión Europea y las embajadas de los
países desarrollados auspiciaron entre el 2010 y 2012 las Iniciativas Populares
Anticorrupción con participación de altos representantes del sector público y
de organizaciones sociales. Algunas de sus recomendaciones han sido
implementadas pero otras, como el establecimiento de la cuenta única del
tesoro, se han quedado rezagadas.
El
presidente Danilo Medina se comprometió durante su campaña electoral a ejecutar
la cuenta única en 100 días. Se dijo que entraría en vigencia en enero pasado,
y aunque se han cerrado varios miles de las seis mil cuentas bancarias de todo
el sector, la meta está lejos. La unificación de las cuentas promueve la
transparencia y los controles y reduce la discrecionalidad en el desvío de los
fondos públicos.
Actitud
de resignación
En los
últimos años la República Dominicana ha resultado achicharrada en las
evaluaciones de instituciones internacionales multilaterales, como la
Organización Mundial de la Salud, la Organización de las Naciones Unidas para
la Ciencia y a Educación, y de la Comisión Económica para América Latina, y de
organismos no gubernamentales como Amnistía Internacional, Foro Económico
Mundial, Transparencia Internacional y otros.
En
corrupción, despilfarro y malversación de recursos públicos, al igual que en
calidad de la educación e inversión en el sector, en desconfianza en la
policía, y en mortalidad materno-infantil la República Dominicana ha liderado a
nivel mundial, en los últimos cuatro o cinco escalones en evaluaciones de hasta
144 países. En competitividad y seguridad ciudadana, está por debajo de la
media tanto en América Latina, como a nivel mundial.
La reacción
frente a esas evaluaciones suele ser de rechazo por parte de los funcionarios y
líderes políticos y sus voceros oficiales y oficiosos, especialmente cuando
provienen de organizaciones no gubernamentales, a las que se suele atribuir un
interés en “denostar al país”.
En la
opinión pública y en amplios segmentos sociales se manifiesta resignación y una
actitud de refugio y reafirmación en los deportes y el arte popular renglones
en los que la nación es altamente competitiva, al punto de haber ganado el
último torneo mundial de béisbol y de competir por los primeros lugares en
volibol femenino.
Genera
sus propios delincuentes
Frente a las
pésimas evaluaciones internacionales la actitud de los sectores dominantes es
de desdeño y búsqueda de chivos expiatorios. Muchos no quieren siquiera admitir
que la sociedad dominicana genera sus propios delincuentes y apelan al recuro
de atribuir el auge de la inseguridad a la deportación de miles de dominicanos
desde Estados Unidos.
En su
edición del pasado fin de semana, el periódico católico Camino mete en un solo
paquete a unos 31 mil deportados de Estados Unidos, 3 mil 323 este año,
considerando que vinieron graduados en el crimen y la maldad y que su presencia
ensombrece aún más la inseguridad ciudadana.
El
editorialista no sabe que la mayoría son convictos y/o acusados de delitos
menores, incluyendo riñas callejeras y familiares y hasta violaciones a las
leyes de tránsito y falsificación de documentos personales y que sólo una
ínfima minoría ha incurrido en el país en actividades delincuenciales.
Entrevistado
al respecto esta semana el Director Nacional de Prisiones, Tomás Holguín,
sostuvo por Teleantillas que de 25 mil 445 internos en la red de 47 cárceles y
adentros de correcciones, “apenas ciento y pico” son repatriados. Para llegar
al 1 por ciento deberían totalizar 254. Las estadísticas y estudios académicos
habían sepultado el argumento de que los repatriados tienen alta incidencia en
la delincuencia nacional. Es lamentable que esta ve lo haya revivido un
periódico de tantos aciertos como Camino, que debería reparar el daño hecho a
ese segmento poblacional, al que se deben abrir la puertas para su reinserción
social, aún a quienes cumplieron penas por delitos mayores.
Partido
único y corrupción
Lo más
impactante de la semana fue la publicación del informe del Centro de Estrategia
y Estudios Internacionales (CSIS, en inglés) de Washington, que planteó que
“las instituciones democráticas de la República Dominicana están siendo
crecientemente amenazadas por el dominio de un solo partido”, lo que podría
conducir a un “estado unipartidista”.
El CSIS es
una entidad centrista conservadora que integra a personalidades de los dos
partidos estadounidenses dominantes y sus evaluaciones suelen tener mucho peso
en la opinión pública norteamericana. El diario El País, el más influyente de
habla hispana, dedicó una página a reseñar el informe, resaltando su conexión
de la corrupción con la institucionalidad democrática.
“La corrupción en la República Dominicana es un mal endémico que en la última década se ha extendido de manera preocupante a todos los estratos de la administración pública, una circunstancia que de enquistarse podría amenazar las bases democráticas del país caribeño, de acuerdo con las conclusiones del estudio del prestigioso CSIS”, resume el diario español.
“La corrupción en la República Dominicana es un mal endémico que en la última década se ha extendido de manera preocupante a todos los estratos de la administración pública, una circunstancia que de enquistarse podría amenazar las bases democráticas del país caribeño, de acuerdo con las conclusiones del estudio del prestigioso CSIS”, resume el diario español.
El informe
señala el caos en los partidos de oposición, centrándose en el Revolucionario
Dominicano, dividido desde que apoyó una reforma constitucional que puso todos
los poderes públicos en manos del dominante Partido de la Liberación Dominicana.
Pondera el apuntalamiento de una inmensa red clientelar “con implicaciones que
inciden en el detrimento de la economía”, sin dejar de referirse a la debilidad
y dependencia del poder judicial, y su incidencia en el auge del narcotráfico.
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