República Dominicana bajo generalizada crítica internacional
EL AUTOR es
periodista. Reside en Santo Domingo
Por JUAN BOLIVAR DIAZ
Tema de hoy.
Las reacciones mundiales a la sentencia del
Tribunal Constitucional que justifica el genocidio civil iniciado en el 2007,
indican un claro riesgo de condena y aislamiento internacional para la
República Dominicana que podría alcanzar dimensiones económicas.
Aunque el Gobierno dominicano inició “una ofensiva”
encaminada a justificar el despojo de la nacionalidad a millares de personas,
el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) lo
proclamó como un asunto de derechos humanos a ser decidido por la Corte
Interamericana y citó un precedente de condena.
Aislada en la OEA
Aunque la generalidad de los diarios dominicanos
hizo un esfuerzo por reducir el efecto de la sesión del Consejo Permanente de
la OEA celebrada el martes 29, los que la vieron por Internet pudieron advertir
que fue devastadora para la República Dominicana, aunque sus representantes
trataron de justificar la posición del Gobierno tras la sentencia del Tribunal
Constitucional (TC) que priva de la nacionalidad a los hijos de inmigrantes
ilegales nacidos en el país a partir de 1929, a los que durante más de ochenta
años se les reconoció y registró como dominicanos.
La sesión fue convocada a instancias de varios de
los 15 países que integran la Comunidad del Caribe (Caricom), la mayoría de los
cuales hicieron uso de la palabra para rechazar enérgicamente la sentencia del
TC que afectaría a decenas de miles de dominicanos de ascendencia extranjera,
en su mayoría de haitianos, incluyendo a los descendientes de inmigrantes del
Caribe inglés, conocidos aquí como cocolos.
Varios oradores dominicanos hicieron esfuerzo por
explicar la sentencia y su aplicación, encabezados por el Consultor Jurídico
del Poder Ejecutivo, César Pina Toribio, quien dio seguridades de que el Estado
“no va a permitir que se vulneren los derechos fundamentales de personas que
están amparadas por nuestras leyes”. Pero esta y otras afirmaciones quedaron
sin sentido, ya que la sentencia y los que la aplican se basan en que los
ciudadanos afectados no estaban amparados por la Constitución ni las leyes, a
pesar de que recibieron la nacionalidad.
Un secretario contundente
El secretario general de la OEA, el chileno José
Miguel Insulza, fue contundente en su discurso al afirmar que “Está clarit
nadie puede verse privado de su nacionalidad, y por lo tanto hay un problema de
derechos humanos”. Pero precisó que “también tenemos un problema
institucional”, porque “esta sentencia ha sido dictada por una Corte
Constitucional de un Estado en virtud de su propio ordenamiento jurídico
interno”, para afirmar a continuación: “yo creo que eso se enfrenta a través del
sistema de derechos humanos, y por tanto, este tema es propiamente competencia
de la Comisión y de la Corte” de Derechos Humanos.
Insulza citó el rechazo de la Comisión
Interamericana a la sentencia del tribunal y recordó también que la Corte ya
dictaminó en un caso similar, refiriéndose al de las niñas Jean y Bosico,
descendientes de haitianos, donde sentó jurisprudencia ordenando su inscripción
como ciudadanas dominicanas.
La intervención del presidente de la Junta Central
Electoral, Roberto Rosario, no parece que pueda ayudar la causa del país, pues
llegó al extremo de objetar las opiniones de quienes no han leído el texto
completo de la sentencia, incluyendo al secretario general y dijo que el país
no perdería tiempo respondiendo esas críticas. Solo Nicaragua y El Salvador
avalaron la posición dominicana, pero en las intervenciones de los
representantes de Estados Unidos, México, Canadá, y aún de Venezuela, predominó
la defensa de los derechos humanos. El peso de los 15 países de Caricom en la
OEA es muy fuerte, pues son casi la mitad de los miembros, y pocos quieren
verse con ese bloque en contra.
Un clamor generalizado
El debate en la OEA-Washington contribuyó a
expandir el conflicto por el continente y el mundo, siendo recogido por los
principales periódicos y cadenas de televisión y contribuyendo al rechazo
generalizado del genocidio civil dominicano.
Esta semana fueron significativas las condenas
expresadas en un comunicado firmado por 19 legisladores del Congreso de Estados
Unidos, así como por el Black Caucus que integra otros 43 congresistas. En
carta al presidente Danilo Medina, los diputados encabezados por Joseph Kennedy
III, sostienen que la sentencia “podría resultar en una crisis humanitaria sin
precedente que afectaría profundamente la estabilidad de la región”. El
influyente Caucus Negro consideró que la apatridia de los dominicanos de
ascendencia haitiana “debe ser considerada como una amenaza para el progreso y
la estabilidad regionales”.
Desde que se conoció la sentencia a fines de
septiembre, decenas de organizaciones, personalidades y medios de comunicación
la han rechazado por implicar violación al principio jurídico internacional de
no retroactividad de la ley y por considerar “personas en tránsito” a quienes
se quedan por décadas en un país.
Se destaca la posición del Centro Robert Kennedy
para la Justicia y los Derechos Humanos, de Washington, cuyo director, Santiago
Cantón, dijo que RD ha ignorado el derecho internacional, y sometió un recurso
de “Amigos de la Corte” sobre el caso de Benito Tide Méndez contra RD.
Organismos y periódicos
Entre los organismos internacionales que han
rechazado la sentencia se cuentan la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, que opera como procuraduría general de la Corte, y las agencias de las
Naciones Unidas para Derechos Humanos, para Refugiados y Migrantes (Acnur), y
para la Infancia y la Adolescencia (Unicef).
Periódicos como El País de España y BBC-Mundo de
Gran Bretaña han dedicado dobles reportajes al conflicto. The New York Times,
Le Monde, Página 12 de Argentina, y muchos otros, al igual que cadenas de
televisión, se han ocupado del caso enfatizando el rechazo al genocidio civil.
El más radical ha sido el diario The Boston Globe, que en un editorial el 15 de
octubre planteó que la comunidad internacional debe presionar al Gobierno
dominicano para evitar que 200 mil personas queden sin nacionalidad. Agregó que
Estados Unidos, como mayor socio comercial de RD “debe examinar las presiones
que pueden aplicarse”.
Entre las personalidades que han rechazado el
genocidio civil se cuentan el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel,
junto a las Madres de la Plaza de Mayo, de Buenos Aires y 14 organizaciones
argentinas. También las destacadas escritoras y escritores norteamericanos de
ascendencia dominicana como Julia Alvarez, Rhina Espaillat, Junot Díaz y Silvio
Torres Saillant.
Evitar o reducir los riesgos
Aunque la Unión Europea no ha fijado posición, por
su delegación en el país se sabe que ha rechazado el genocidio civil desde que
la JCE lo inició en el 2007. Lo mismo que el Departamento de Estado de Estados
Unidos, y de ambos se esperan pronunciamientos en defensa de los derechos
humanos, lo que podría elevar los riesgos a que se expone el país desafiando
principios fundamentales de la comunidad internacional, a nombre de una
soberanía ya limitada por tratados internacionales.
La relación con Haití, adonde los dominicanos
exportan por unos 1,500 millones de dólares anuales, ya está afectada, y los
países del Caricom ya están cuestionando la solicitud de ingreso del Gobierno
dominicano. Dominan el Cariforo, del que RD es miembro, e influyen sobre la
Unión Europea a través del Acuerdo Caribe-Pacífico, por donde podrían generarse
problemas al comercio y el turismo dominicanos.
Todos los caminos conducen a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, y su jurisprudencia, como señaló el
secretario general de la OEA, quien planteó que “no hay forma de resolver el
conflicto sin reconocer el derecho de los dominicanos de ascendencia haitiana.
Pero dejó abierta una puerta a la negociación con el Gobierno dominicano y la
oportunidad sería cuando venga al país la comisión investigadora que se anunció
en la sesión del Consejo Permanente.
El jurista Francisco Alvarez Valdez, dirigente de
Participación Ciudadana, señaló en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones
Corripio que el Gobierno puede solucionar el problema solicitando una opinión
consultiva a la Corte, como forma de evadir una condena. Para eso tendría que
asumir que el dictamen le será desfavorable y que la prolongación del escándalo
no ayuda a un país con economía dependiente del turismo, del financiamiento
externo, de las remesas de millón y medio de emigrantes, y del comercio.
La opinión consultiva, prevista en los artículos 64
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el 72 en el Reglamento
de la Corte, al igual que una sentencia, sería vinculante para el Estado, pero
aparecería como iniciativa propia.
Hay quienes creen que la Corte tomará años para
decidir a favor de los desnacionalizados, porque ignoran que el artículo 63.2
de la Convención Americana establece que “En casos de extrema gravedad y urgencia,
y cuando se haga necesario evitar daños irreparables a las personas, la Corte,
en los asuntos que esté conociendo, podrá tomar las medidas provisionales que
considere pertinentes. Si se tratare de asuntos que aún no estén sometidos a su
conocimiento, podrá actuar a solicitud de la Comisión”. Y ya la Comisión ha
recibido casos de despojo de la nacionalidad y se pronunció contra la sentencia
del TC. El Gobierno de Danilo Medina debe escoger el camino más racional.
Organizaciones
contra la desnacionalización
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
Refugiados y Migrantes
Comunidad Económica del Caribe
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la
Adolescencia
Amnistía Internacional
Consejo Latinoamericano de Iglesias
Asociación para el Estudio de la Diáspora Mundial
Africana (ASWAD)
Centro Robert Kennedy para la Justicia y los
Derechos Humanos
Centro por la Justicia y el Derecho Internacional
Clínica de Derechos Humanos Universidad de Columbia
Clínica de Derechos Humanos Universidad de Miami
Clínica de Derechos Humanos Universidad de Santa
Clara
Black Caucus de 43 miembros del Congreso de los EUA
19 legisladores del Congreso de los EUA
Servicio Jesuita a Refugiados en EUA
14 organizaciones argentinas, encabezadas por
Adolfo Pérez Esquivel
Federación Mundial de la Diáspora Haitiana
10 organizaciones sociales de Haití
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