FELIPE SOSA
Anibita José/El Dominicano en USA
Detrás del
exitoso empresario, del hombre de finas facciones y de un trato amable y educado, está el original
Felipe Sosa. Desde muy joven fue afortunado por poseer la entereza y las energías
para enfrentar la dura vida que le tocó, como regalo de la existencia, de la fe
temprana y del merito a la lealtad y al trabajo honrado.
Hoy, después de pasar las pruebas más
estrictas en la vida de cualquier ser humano, Felipe Sosa sigue haciendo lo
mismo que ha hecho durante su carrera y recorrido por la vida. Conversando en
su residencia de West Palm Beach, Florida, nos hacia una pequeña reseña de lo
que tuvo que padecer para estar hoy en el lugar que está.
Haciendo
comparaciones con las pintorescas historias, típicas del dominicano pobre, pero
con deseos de superación, del que no se detuvo ante nada, el que aguantó las humillaciones
que presentaba la historia social de nuestro país en aquella época, en donde
vivíamos una etapa de transición entre la era cavernícola y el modernismo
sorpresivo del avance literario, que estremecía la isla. Don Felipe optó por
estudiar sin descuidar sus obligaciones de proveer para los suyos, cuando la
orfandad, aparte de la gran tristeza, vistió de energías y fe, a esta sagrada familia.
Su fuerte relación
con la iglesia y religión Católicas, lo llevó muy lejos, siendo aprobado, al
comienzo de su adolescencia, para estudiar en el prestigioso Colegio Calasanz, el cual pertenecía a una orden de monjes Jesuitas, en el que realizó sus
estudios, sobresaliendo en su especialidad, lo que llamó la atención de la alta
dirigencia de la casa de estudios, siendo becado para terminar su carrera del
bachillerato en el Calasanz de Colombia (SA).
A su regreso
a la isla, después de haber cumplido cabalmente con todas y cada una de sus
asignaciones, Felipe Sosa se interesa por la educación siendo visto por el
intelecto ojo del Doctor Balaguer, como un prospecto en el área, nombrándolo en
varios importantes puestos del ministerio de Educación, desde su primer
gobierno en los años sesentas.
Las obras de
caridad realizadas por la FUNDACION FELIPE SOSA JR. alcanzan la categoría máxima,
pues ha colocado sonrisas en los rostros de cientos de miles de niños, que, asfixiados
por la situación que viven nuestros países, no hubiesen sobrevivido.
En el Deporte,
en la Educación, en la Alimentación y en la Salud, junto a casi todas las
instituciones del estado Dominicano, ha construido cientos de canchas y otras
instalaciones deportivas, ha donado útiles, uniformes deportivos, a casi todos
los equipos deportivos del este de la República.
Felipe Sosa,
el Padre Billini moderno, el uno entre millones, un ejemplo a seguir, un
orgullo nacional Dominicano.
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