A propósito de la Reforma al Código Laboral Dominicano y la Oportunidad de Hacer


             
             José Manuel Sanchez Mercedes/Destelao.com






Santo Domingo Este, Provincia Santo Domingo, RD:- En los últimos años los empresarios del sector privado han demandado cambios sustanciales en el Codigo Laboral Domincano Ley 16-92 modificada en el último gobierno del Dr. Joaquín Balaguer Ricardo, implementada en 1951 por el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina.
En esta ocasión es oportuno revisar algunos puntos, Destelao creemos podrían ayudar a que se lleve a cabo un valioso aporte que sirva para enlazar o combinar en forma expresa la ley  87-01 sobre el Sistema de Salud y Seguridad Social de la República Dominicana.
Sobre el particular ha dicho la Ministra de Trabajo, Licda Maritza Hernández, que la modificación en carpeta no afectará conquistas y reivindicaciones laborales ganadas y obtenidas con las luchas sindicales, dando garantías de que los derechos de los trabajadores y trabajadoras no serán afectados en ningún caso.
Algunos se han preguntado por qué los empresarios están haciendo lobbismo para la modificación del Código Laboral Dominicano o de trabajo, qué es lo que buscan, qué quieren lograr, desde nuestra óptica creemos sencillamente procuran que sus empresas no sigan quebrando masivamente o reduciendo su capacidad de competitividad frente a los mercados nacional e internacional en el sentido de que en otros países, norteamericanos y europeos los estados son responsables de garantizar las prestaciones laborales pagadas en forma de retiro hasta el final de la vida de la persona se haya jubilado o pensionado (retirado), por lo que recibirá mientras viva ingresos suficientes de acuerdo a sus cotizaciones laborales; lo que facilita que los empresarios puedan contratar o nombrar trabajadores en cualquier área sin importar salarios ni categorías, de manera se mantengan rindiendo una labor de calidad y compromiso, optimizando el tiempo de producción con el mejor desempeño, por lo que la relación laboral se mantiene o suspende sin mayores dificultades para los empresarios, la gente entra y sale de los empleos y punto, no hay dolores de cabeza, lo importante es que coticen y paguen sus impuestos y que estos sean manejados con pulcritud, celosamente protegidos y garantizados.
En el caso de los Estados Unidos las personas cambian de trabajo o empresas con mucha facilidad sin ningún trámite más que la renuncia o el despido, en ninguno de los casos se hacen cálculos laborales ni las empresas o empresarios son demandados por el pago de las Justas prestaciones laborales como ocurre en la República Dominicana, donde si el empleador no paga en los diez días correspondientes después del despido o cancelación, se produce una demanda y necesariamente corre a cargo del empresario pagar esos beneficios como dice la ley.
Por qué sucede eso, sencillamente porque el Estado no se ha comprometido a que así sea, y los dineros generados por las cotizaciones y pagos de los trabajadores son tirados por la borda, los políticos de turno se sirven y se han servido con la cuchara grande los cuantiosos beneficios generados mediante la ley 87-01 la que también debería ser re-adecuada para que el estado cumpla su función de garantizar a los trabajadores sus ingresos por planes de pensiones, de acuerdo a sus niveles de cotizaciones con responsabilidad, y en caso de ausencia de empleos el mismo Estado cumpla con ejecutar automáticamente se procesen los datos de las personas sin trabajo, pagos proporcionales de sueldos, puedan disponer de alimentos, medicinas, atenciones medicas servidas en centros públicos y privados a solo presentación de la cédula de identidad y electoral, sin que esto afecte los fondos de pensiones para la vejez o retiro.
El estado tiene en sus manos todas las formulas para cumplir con la tarea de hacer un país más justo como sea necesario, y mientras los empleados estén jóvenes o no tengan edad para el retiro, los dineros pueden ser invertidos como valores para seguir evolucionando las riquezas han sido aportadas por los trabajadores y trabajadoras.
De manera que nadie tenga temores, ansiedades, depresiones, producto de no saber qué pasará con cada uno de nosotros cuando nos llegue la edad de abandonar el trabajo por edad o discapacidad.
Los empresarios saben que desde hace mucho tiempo han cargado con la responsabilidad debería cargar el estado dominicano, solo basta con hacer una justa distribución de las riquezas aportadas, valorando que el promedio de vida de nuestra población ronda entre los 70 a 75 años, lo que implica que de acuerdo a los cálculos los gobiernos siempre manejarán muchos recursos, más que suficientes como para devolver una buena parte a quienes han generado de por vida sus propios fondos para terminar de vivir el resto de sus días con la dignidad corresponda.
Por eso hay que repensar el Código Laboral y combinarlo muy bien con las modificaciones importantes puedan hacer en la ley 87-01, además de que se puedan usar otras legislaciones complementarias para garantizar la paz y el sosiego de las personas adultas mayores y para que las nuevas generaciones sean menos violentas, a partir de que si existan esas garantías, la gente hasta se comporta diferente, pues sabe y reconoce que recibirá proporcionalmente y de acuerdo a sus cotizaciones una calidad de vida aceptable, conforme las legislaciones nacionales y supranacionales. 



El Autor es un destacado ilustre periodista y líder comunitario Dominicano, director/Presidente del prestigioso periódico Destelao.com


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