¿Por qué tantos estadounidenses viven en caravanas, campers, trailers?
¿Por qué
tantos estadounidenses viven en caravanas, campers, trailers?
Tom Geoghegan/BBC
Unos 20 millones de estadounidenses
viven en casas móviles, de acuerdo con los recientes datos presentados por el
Censo de EE.UU. ¿De qué manera esto se convirtió en una alternativa de vivienda
barata para tanta gente?
Cuando la señorita Carolina del Sur,
Brooke Mosteller, se presentó durante el concurso de Señorita Estados Unidos
dijo que venía "del estado donde el 20% de nuestras casas son móviles,
porque así somos nosotros".
No es el mensaje de promoción que
esperarías oír en un concurso de este tipo. De hecho, Mosteller generó una
pequeña tormenta por haber presentado lo que para algunos fue una imagen
negativa del estado.
Pocos días después de estos
comentarios, el Censo estadounidense confirmó que, de hecho, el estado de
Mosteller tiene la mayor proporción de casas móviles, conocidas también como
tráiler o casas prefabricadas, sólo que la cifra es de 18%, en lugar de 20%.
Este tipo de casas tiene un gran
problema de imagen en EE.UU., donde para muchos son sinónimo de pobreza.
Pero, ¿es una percepción justa?
Al comparar los diez estados con
mayor número de casas móviles con los diez estados más pobres surge un cierto
vínculo. Aunque Carolina del Sur no está entre los diez más pobres, hay otros
ocho estados, todos del sur del país, que aparecen en ambos listados.
No son todos
"No todo el que vive en una zona
de casas rodantes es pobre", dice Charles Becker, profesor de economía de
la Universidad de Duke, y uno de los pocos académicos en Estados Unidos que ha
estudiando profundamente el tema.
"Hay partes del país, como
Michigan, donde vivir en una comunidad de tráileres no conlleva el estigma que
tiene en el sur. También tienes comunidades de retirados en Florida donde la
gente no es pobre en lo absoluto".
Las casas móviles representan el 6,4%
del sector vivienda en EE.UU. Hay unos ocho millones y medio de ellas,
ligeramente menos que en 2011, según los datos del censo. El número de
habitantes no está registrado, pero se estima en torno a los 20 millones.
Según el Instituto de Casas
Prefabricadas, cerca del 57% de los jefes de familias que viven en este tipo de
viviendas está empleado a tiempo completo, mientras que un 23% está retirado.
Pero el ingreso de estas familias está solo un poco por encima de la mitad del
promedio nacional.
Virginia del Oeste tiene la tercera
mayor proporción de tráileres en el país. En las colinas cercanas al Río
Shenandoah hay varios campamentos de casas rodantes, generalmente apartados de
la vista detras de las colinas o en recodos del camino.
Las 22 unidades del Parque de Casas
Móviles Oak Heaven, a las afueras de Martinsburg están pulcramente ordenadas,
con una separación de 15 metros entre ellas, anidadas frente a una iglesia
bautista que se yergue en un extenso campo verde.
Las casas no lucen como caravanas en
sentido convencional y por dentro son espaciosas, con 2 o 3 habitaciones,
lavadora y secadora, dos baños (uno de ellos con tina) y una cocina con su isla
para el desayuno
Para Michael Breeden, de 27 años,
cuando hace un año eligió una casa móvil en vez de una convencional lo hizo por
un tema de libertad.
"Pude haber obtenido una casa de
esas en ejecución hipotecaria si hubiera querido, pero esta la podemos
trasladar si queremos, mientras que con la otra habríamos estado atados a un
lugar particular"
Para Breeden
y su novia una casa móvil es sinónimo de libertad
Los últimos doce meses Breeden ha
estado muy feliz con su novia Samantha, de 23 años, la hija de ambos, Kelly
Lyn, de 17 meses y su suegra, Mary McGee, en la casa de 60 metros cuadrados
Es más tranquila y segura que la casa
que alquilaban previamente, pero es un peldaño. Tiene un plan de cinco años que
involucra comprar un terreno a donde llevarse la casa, hacia las montañas,
"donde haya una vista", dice.
Breeden, quien trabaja en una
imprenta cercana, paga al dueño del parque unos US$ 325 por alquiler del lote,
recolección de basura y suministro de agua. Además paga US$150 por
electricidad, US$60 en impuestos a la propiedad, y US$220 a los padres de
Samantha, quienes les prestaron los US$16000 para comprar la casa.
Varios de los vecinos de los Breeden
dicen cuánto disfrutan la tranquilidad de Oak Haven. El lugar fue construido en
1959 por Frank Rouss, quien limpió el terreno de los árboles y edificó 28
tráileres en el lugar, todo mientras criaba sus 11 niños.
La mayoría de las casas del sitio son
alquiladas y no hay una sola basura tirada en ninguna parte porque las reglas
son estrictamente seguidas, entre ellas, no música fuera de las casas y nada
colocado afuera en los jardines.
Efectos de la Gran
Depresión
Pese a la
mala fama, muchos campamentos de casas móviles son lugares tranquilos,
agradables y ordenados
Las casas de Oak Haven son verdaderos
hogares que raramente se mueven, pero las primeras casas móviles eran fieles a
su nombre y eran remolcadas frecuentemente.
"En la Gran Depresión de los 30,
la gente empezó a vivir en tráileres que eras diseñados para vacacionar por
necesidad. La gente empezó a hacer de estas pequeñas unidades móviles sus
hogares", dice Andrew Hurley, autor de Diners, Boliches y Parques de
Tráileres.
"Empezaron a estacionarlas en
las afueras de las ciudades y ahí fue cuando empezaron a asociarse con la clase
trabajadora y los más pobres".
Se produjo una discriminación
institucionalizada, dice Hurley, cuando los préstamos hipotecarios federales
les eran negados a dueños de casas móviles, mientras que las leyes de
zonificación forzaban que ese tipo de comunidades se establecieran en las
afueras de ciudades y pueblos.
Los 40 y 50 fueron sus años de
gloria, ayudada por la innovación de las "doble ancho", que
consistían en dos unidades separadas que formaban una casa más grande.
"Pero la idea de vivir
permanentemente en una casa móvil no arraigó, y hacia los años 60 y 70 la
industria de vivienda se puso al día con la demanda de modo que la gente pudo
mudarse de sus tráileres a casas suburbanas mas convencionales", dice
Hurley.
La restricción del crédito desde la
reciente crisis financiera ha hecho que la venta de casas nuevas sea más lenta,
pero el mercado se mantiene firme en el tope. Paradise Cove, en Malibú,
California, es un campamento de casas rodantes en el que han vivido actores
como Pamela Anderson, Minnie Driver o Matthew McConaughey, y en el que las
unidades con pisos de mármol alcanzan los US$ 2,5 millones.
Espíritu americano
Bob Moore empezó a fotografiar
tráileres abandonados hace 30 años, tras pasar mucho tiempo de su vida en casas
móviles. Esta del Valle de Yucca en California, es la portada de su libro
Tráiler Trash
Si el presupuesto no le alcanza para
eso, hay comunidades como Parrish Manor en Raleigh, Carolina del Norte, que son
más como un refugio para recuperar la salud, con campos de futbol, jardines
comunales, campos de juego, área de picnic y programación deportiva para los
niños, incluso tiene un taller para el mantenimiento de los automóviles.
Pero los estadounidenses pobres son
más propensos a vivir en estas casas que el ciudadano promedio. Aunque se puede
encontrar comunidades de este tipo en Canadá o Reino Unido, no son tan
numerosas como en EE.UU. Se trata de un fenómeno típicamente estadounidense.
"La vivienda es barata en EE.UU.
y la tierra también. Sí que resulta fácil hacer modificaciones menores para
aportar electricidad, algún tipo de cañerías, incluso poner una casa club y una
piscina", dice Backer.
"El transporte público es mejor
en Europa, así que hay una ventaja comparativa para los pobres que viven en
zonas urbanas céntricas, mientras que en EE.UU. las fabricas están a lo largo
de las carreteras y por eso muchos de quienes trabajan en ellas prefieren no
estar en el centro de las ciudades".
También está ese arraigado espíritu
estadounidense del propietario, dice Hurley, para explicar que la alternativa
de alquilar un apartamento en la ciudad no siempre resulta atractiva.
"Además está el amor
estadounidense por la libertad y la movilidad. Aunque en la realidad las casas
móviles no son realmente tan móviles, es la idea de que las puedes tomar e irte
con ellas en cualquier momento si no te gustan las circunstancias. No puedes
hacer eso con una casa".
Y está un asunto de políticas, dice,
las limitadas opciones de viviendas para gente de bajos ingresos. El umbral a
partir del cual la población es elegible para viviendas subsidiadas es más alto
que en países europeos.
Estereotipos
Hay
campamentos empobrecidos, como este de Thermal, California
Es inevitable que un mundo mayormente
apartado de la vista sufra de malos entendidos, dice John Fraser Hart, coautor
del Desconocido Mundo de las Casa Móviles, aunque sean más agradables y
espaciosas de lo que gente cree.
Fraser asegura que la imagen de
madrigueras de sexo, crimen y alcoholismo se debe en parte a la televisión.
En series de TV como la canadiense
Trailer Park Boys o la película Boys Don´t Cry, cosas malas pasan en esos
lugares, que están no solo al borde de los pueblos, sino de la civilización.
Esas representaciones negativas se
expresan en el insulto "tráiler trash" (basura de tráiler)
Pero es interesante que algunos de
los residentes de Oak Haven piensen que hay alguna verdad en los estereotipos.
"En muchos parques de caravanas
hay muchos problemas. Están congestionados y tienes mucha gente de bajos
ingresos mudándose a casas móviles", dice John Dimminck, que recientemente
alquiló una de las unidades de Oak Haven con su pareja Sue y su perro terrier
Wilbert.
"Con eso viene otro problema.
Ellos no quieren mantener las propiedades. Y allí es de donde viene el término
"tráiler trash". Pero no considero que eso sea valido aquí. Esto es
como un parque"
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