La nobleza de Hipólito Mejía, contra la ingratitud, la soberbia y la envidia
Por: Víctor Manuel Sepúlveda
A un hombre
noble, no hay ingratitud que lo cierre, o desprecio que lo maltrate; la nobleza
de ese hombre siempre brilla ante todo y encontrará quien lo sepa valorar y
sobre todo quien lo sepa cuidar.
Martin
Lutero dijo: "Tengo tres perros muy peligrosos, la ingratitud, la soberbia
y la envidia. Cuando muerden dejan una herida profunda".
Hay muchos
"dirigentes" políticos en nuestro país que hacen de la
ingratitud, la soberbia y la envidia, su principal credo, tanto, que sus
frustraciones los hacen delirar hasta que son capaces de atribuirse títulos que
no tienen, estudios que nunca realizaron, y se apropian de hechos históricos en
los que nunca participaron para contarlos en primera persona, pero que además,
en su delirio de grandeza, olvidan sus raíces, y se creen los dueños de la
verdad absoluta, para lo cual inventan, fabulan y tuercen la verdad, sin
importar el daño que hacen.
Por suerte
para todos, esa práctica política debe y tiene que ser parte del pasado de los
hombres y mujeres que formamos hoy, el PRM.
Las
diatribas y las descalificaciones no son ni serán parte del que hacer del
Partido Revolucionario Mayoritario.
El
Presidente Hipólito Mejía, honesto, serio, que ni mató ni robó y cuya capacidad
quedo ampliamente demostrada con la decisión de enfrentar la más grande crisis
bancaria del continente, debe ser el candidato que encabece la boleta de este
nuevo instrumento de la democracia dominicana, contando con el concurso de
todas las fuerzas sociales y políticas de la nación.
El país espera y quiere
que así sea.
El Autor, Victor Manuel Sepúlveda, es un líder politico y alto dirigente internacional del PRM y del comando de campaña de Hipólito Mejía.
Reside en los EEUU.
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