ANIBITA JOSE: APOYA “LA CONVERGENCIA Y A HIPOLITO MEJIA”

Las preferencias políticas reflejan la manera de comportarnos dentro del marco social donde mal desenvolvemos nuestro diario vivir.
Mi caso no es ajeno a los que practican esta sangrienta profesión; haciendo un recuento de mis experiencias con la política Dominicana, me he tomado la delicadeza de levantar una defensa a favor de un ser humano que se merece el respeto y la admiración de todos los dominicanos, y que sin embargo, ha sido denigrado a la más cruel de las acusaciones.
Hipólito Mejía, 2000-2004, durante este período, el presidente Mejía gobernó el país con una herencia de ejercicios insanos de corrupción y con una base corruptiva que dominó económicamente el país, durante su gestión. Las 21 famosas familias dueñas de la isla, estaban en contra de la elección de Hipólito, aun así, fueron derrotadas por la avalancha del perredeísmo y la confianza que el pueblo depositó en la cura para la enferma herencia del primer gobierno del León. Estos dueños del país, nos enseñaron que en la República Dominicana, el poder económico mueve montañas. Congelaron negocios millonarios, inversiones que podrían haber evitado la caída de los bancos y el descrédito del gobierno del PRD, pero optaron por buscar al “chivo expiatorio” para tapar los huecos dejados por la cofradía morada. A raíz de las circunstancias, los perredeístas en el gobierno, decidieron hacer de la transición un aliado, para asegurar sus futuros, por lo que se desató una serie de atracos al fisco, que no pasaron del tráfico de influencias, porque no había efectivo para robar significativamente.
A pesar de estas incidencias, aunque sucedieron casos aislados de desobediencia a la administración pública, hubo transparencia en el uso de las funciones del presidente Mejía. Llamó la atención de su gabinete, en varias ocasiones, y los instó a negociar la crisis de una manera honorable, sin saquear las arcas. Y así fue, sin excesos, sin muertes, sin peleas, sin huelgas ni protestas, el periodo de gobierno de Hipólito Mejía, transcurrió limpiamente, sin más tropiezos que el candado que dejó Leonel, quedándose con la llave.
Por eso, cuando me hablan de las payasadas y las burradas de Hipólito, pienso en lo inteligente, en lo preparado que está para practicar la gobernabilidad, para sacar el pueblo dominicano de esta crisis social que lo ataca sin piedad.
De una cosa sí que estoy seguro; Hipólito no creció su popularidad invirtiendo el dinero del pueblo en comprar la prensa, Papá peleó por no pagarles y por eso le cayeron encima y hasta el día de hoy, lo siguen atosigando constantemente.
Lo que pudieron haberse robado los funcionarios de Hipólito Mejía, podría ser mucho menos que el presupuesto publicitario de Danilo Medina.
Por mas malo que pudo haber sido el gobierno de Hipólito, jamás podría ser comparado con los criminales del PLD.
Por eso apoyo la CONVERGENCIA, como periodista, como ser humano.
Sin miedo, sin rencor, sin complejos y no soy perredeísta, pero me duele el sufrimiento de mi pueblo y respeto los hombres que quieren “un mejor país, para todos”


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