ORGULLO DE SER DOMINICANO
Cada vez me
siento menos orgulloso de haber nacido y formado en la República Dominicana
Por JUAN T H
Si miro
hacia atrás, 1492, fecha de la llegada de Cristóbal Colón a la isla habitada
por aborígenes que fueron aniquilados salvajemente por el imperialista invasor,
hasta nuestros días, no hay muchos motivos para sentirme orgulloso. (Qué
lástima no poder escoger el lugar donde nacer, crecer y desarrollarse)
Colón
encabezó una banda de asesinos y ladrones depravados que humillaron y mataron
hombres, mujeres, niños y ancianos. “Buscaban oro, y lo buscaban tanto como si
les sirviese de alimento… Enarbolando a Cristo con su Cruz, los garrotazos
fueron argumentos, tan poderosos, que los indios vivos se convirtieron en cristianos
muertos”, escribió Neruda durante la revolución de Abril del 65. (No hay hoy un
solo dominicano descendiente de esos indios. Los mataron a todos)
Aunque no
sabemos con exactitud cuántos Taínos había a la llegada de Colón con sus perros
asesinos, hay quienes hablan de 250 mil, mientras que otros elevan la cantidad
considerablemente. El hecho cierto es que para 1501 los españoles (que olvidó
Roberto Rosario cuando denunció las invasiones norteamericana de 1916 y de
1965) comenzaron a importar esclavos desde África porque la población Taina se
extinguía velozmente.
Los dueños
de la isla durante siglos, fueron barridos por la esclavitud extrema a que
fueron sometidos. (“Aunque hace siglos de esta historia, por amarga y por vieja
se la cuento, porque las cosas no se aclaran nunca con el olvido, ni con el
silencio”)
Es sobre la
base del crimen, el saqueo, la explotación y la barbarie, de españoles,
franceses, ingleses, etc., que se crea
en 1844, lo que hoy llamamos República Dominicana. Los negros no llegaron a la
isla como invasores ni criminales, llegaron en condiciones de esclavos para
sustituir a los nativos muertos por el trabajo forzado y la tortura. (Fueron
esos negros esclavos, los que produjeron una de las revoluciones más hermosas y
trascendentes de la humanidad. Ellos abolieron la esclavitud en la isla. No lo
hicieron los europeos, ni los “dominicanos”)
Después del
trabucazo del 27 de Febrero de los Trinitarios de Juan Pablo Duarte, la
historia ha sido de mentiras y engaños, de traiciones, crimines, revoluciones
inconclusas, anexiones, invasiones,
independencias efímeras, restauraciones, golpes de Estado, dictaduras y
dictadores que van y vienen, unos vestidos de gris, otros de verde olivo, pero
igualmente asesinos y ladrones.
Desde que
llegó Colón hasta hoy, el saqueo de nuestras riquezas renovables y no
renovables, ha sido el denominador común. Y para lograrlo han explotado y
asesinado a millares de hombres y mujeres. Cada vez que el pueblo intenta
quitarse las cadenas los corruptos y criminales terminan imponiendo sus leyes a
sangre y fuego.
Que me
perdonen los nacionalistas de verdad, y los de mentira. Pero no me siento
orgulloso de ser dominicano. Nuestras “gloriosas Fuerzas Armadas” han matado a
muchos Manolo y muchos Caamaño desde su fundación. La Policía ha reprimido a
millares de obreros y campesinos para defender terratenientes y patronos. Las
clases dominantes, tan patriotas y nacionalistas, históricamente han estado
dispuestas a entregarle el país a cualquier potencia. (El capital no tiene
bandera, ni país, escribió Marx hace muchos años)
Mi
nacionalidad se la regalo al que la quiera. (El Tribunal Constitucional y la
Junta Central Electoral pueden limpiarse el trasero con ella. No me interesa)
Como
escribiera Mario Benedetti hablando de su país, Uruguay en su libro El
Des-exilio: los gobiernos nos han matado el orgullo. (¿Cómo puedo sentirme
orgulloso de un país que despoja de su nacionalidad a cientos de miles de seres
humanos por negros y pobres?)
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