Rizik al salir de Najayo vendió sus negocios carcelarios en millones de pesos
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La vida productiva de Winston Rizik
es ampliamente conocida en el mundo judicial, porque ha tenido mucha exposición
en los tribunales.
Rizik,
para usar una palabra de moda, es un “emprendedor”, condición en la que se
emplea a fondo incluso en las peores circunstancias.
Por
ejemplo, relata que en una ocasión en la que estuvo preso en Najayo aprovechó
para hacer negocios dentro de la prisión y que logró hacerse más rico entre
rejas, porque era el dueño de la panadería, de los colmados, administraba la
puerta de entrada de la cárcel, vendía los puestos de mayor comodidad, entre
muchos bienes y servicios que se pueden traficar en las cárceles dominicanas.
“Yo he
trabajado desde que tengo uso de razón, y actualmente tengo 53 años. Primero
trabajaba con mi padre en la finca de Nagua, y eso es desde que yo tenía 8
años. Mi padre tiene una finca de coco y ganadería, la cual posee por más de 60
años. Esa finca se encuentra frente a la Poza de Bojolo. Es una finca de
aproximadamente 3 o 4 mil tareas y tiene aproximadamente 300 cabezas de
ganado…”. Así comienza la narración de Rizik de sus actividades productivas.
Se fue
a la UASD a estudiar ingeniería civil, siendo mantenido por sus padres, pero se
independizó e inició el negocio de los chimichurris Rizik, y llegó a tener 17
puntos que le generaban entre 4 y 5 mil pesos diarios en los años 1980 y 1981.
En esa época estableció una fábrica de embutidos llamados Rizik, que al momento
de salir del país hacia Puerto Rico vendió entre 150 y 250 mil pesos.
Con su
esposa y su hija se marcho y lo primero que hizo en Puerto Rico fue establecer
una fábrica de longanizas para venderlas a los restaurantes de la isla. También
estableció una empresa que se dedicaba a la intermediación con el plátano.
Compraba las producciones de plátanos y los vendía a los supermercados.
Compraba plátanos al gobierno, que los subsidias, y a los productores. Allí
estableció una fábrica de ropas, porque su ex esposa era diseñadora. En 1987
puso una cadena de restaurantes.
El
restaurante El Cangrejo Pirata lo vendió en 2004 en 300 mil dólares, y vendió
otros de los negocios de comida, pero aún mantiene la propiedad de uno que es
administrado por su hija. En 1992 en el restaurante Taíno, de su propiedad,
hubo una transacción de drogas y fue apresado y condenado. Estuvo preso desde
1992 hasta 1996, y regresó a República Dominicana, donde cayó preso en
1997.
Al recuperar
la libertad entre 2002 y 2004 vendió los negocios en Puerto Rico, y como eran
bienes de la comunidad matrimonial recibió 450 mil dólares de los restaurantes,
175 mil de una casa, pero le entregaron 80 mil dólares, también varios
vehículos.
En
2007 fue preso a Najayo por un período de 5 años, “y salí rico de la cárcel,
porque la Procuraduría General de la República me daba incentivos en productos
tales como harina, manteca, levadura. Eran 90 mil pesos porque yo era la
persona que fabricaba el pan de los presos y también los productos para la
venta al público. Yo en la cárcel de Najayo tenía una panadería y una
repostería, y una carnicería que suplía toda la carne del penal, se la vendía a
los distintos presos que me compraban, venta de funditas de agua y botellitas
de agua, tenía una banca de apuestas que vendía número de la Lotería y apuestas
deportivas, también tenía dentro del penal un juego de póker que me dejaba de
50 a 100 mil pesos diarios”.
Rizik
estando en Najayo era el dueño de otros negocios insólitos, que ahora confieza
como parte de sus proezas productivas.
Vendía
carbón a los internos de la cárcel, también vendía 5 mil cocos a los internos
de Najayo Hombres, Najayo Mujeres y a los Menores. Relata que era quien cobraba
la entrada a cárcel a los que no querían ser revisados.
“Por
la puerta principal de Najayo todo el que entraba para que no le chequearan su
visita me pagaban a mi una especie de peaje de 2 mil a 3 mil pesos por visita,
porque yo era la confianza entre los presos y las autoridades de turno que mantenían
la seguridad del penal”, explica.
“Además,
todos los presos tenían que pagar por ejemplo, si tenían un aire acondicionado,
nevera, estufa o cualquier otro tipo de privilegio yo era el intermediario para
cobrar esos tipos de privilegios. En un sentido, yo era el representante de
Director de Prisiones de ese momento que era el General Pérez Sánchez, y era el
encargado de instalar las plantas de agua, mantenimiento en la cárcel, yo era
el encargado de la disciplina en Najayo. También tenía compraventas en Najayo.
De todas las actividades, luego de pagar todas las personas a las que tenía que
pagarle me quedaban para mi persona aproximadamente un millón de pesos
mensuales. Y yo duré aproximadamente 3 años controlando todo eso”,
detalla.
Explica
que todo ese dinero él se mantenía prestándolo fuera de la cárcel a personas
relacionadas. Como al señor Ramón Barnischta que es dueño de casinos y bancas
de apuestas “y ahora mismo es suplidor del Estado. Yo le prestaba dinero y
cuando yo salí de la cárcel él me debía 200 mil dólares y como parte del pago
él me dio un apartamento que tenía en Malecon Center. El apartamento se lo
vendí aJosé Guillén el pelotero por valor de 500 mil dólares hace como tres
años”.
También
le llegó a prestar dinero a Sergio Moya (Goris), quien le debía 5 millones de
pesos al salir Rizik de la cárcel. Ya ese dinero fue pagado. Otros activos que
tenía al salir de la cárcel sumaban alrededor de 30 millones de pesos. Los
negocios dentro de Najayo los vendió. A Esteban Guevara, mejor conocido como
Maconi, extraditado a Estados Unidos, le vendió el negocio del agua. La
panadería se la vendió a un preso conocido como Luis Panadería. La habitación
que ocupaba la vendió a 250 mil pesos. La carnicería la vendió a una preso que
le dicen el Guardia. Por todo recibió aproximadamente 3 millones de pesos.
Tan
pronto salió en libertad se dedicó a prestarle dinero a los jugadores que van a
los casinos del Maunaloa y del Sheraton, así como a las bancas deportivas.
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