R. D. en riesgo de convulsiones sociales para finales de año
La República
Dominicana figura entre las naciones que tienen alto riesgo de agitación
social para final del 2013, según una investigación publicada por The
Economist.
Desde los
movimientos anti-austeridad a las revueltas de la clase media, en los países
ricos como pobres, el malestar social fue una constante en muchas partes del
mundo durante 2013.
Y para el
próximo año, la tendencia amenaza con agudizarse, según se desprende de un
índice publicado por la revista británica The Economist, el cual mide la
probabilidad de convulsión social durante 2014 en 150 países, sobre la base,
principalmente, de las debilidades políticas e institucionales.
Según este
ranking, 19 países presentan un “riesgo muy alto” de agitación social. A nivel
latinoamericano, los únicos países que figuran en esta categoría son Argentina,
Venezuela y Bolivia. Chile y Uruguay, en cambio, son los dos únicos países
sudamericanos que están con “riesgo bajo”.
The Economist
Intelligence Unit (EIU), la división de The Economist que redactó el
informe, dividió a los países estudiados en cinco rangos de riesgo: Muy bajo,
Bajo, Medio -renglón en el cual sitúa a la República Dominicana-, Alto y Muy
Alto.
De acuerdo
con las evaluaciones de la EIU, 65 países (43% de los 150) estarán en un riesgo
alto o muy alto de malestar social en 2014.
Para 54
naciones, el riesgo de inestabilidad será medio y para los 31 países restantes
fluctuará entre bajo (25) o muy bajo (6). En comparación con 2008, 19 países
más se encuentran ahora en las categorías de alto riesgo.
De acuerdo
con el estudio, Medio Oriente y el norte de Africa, el sur de Europa y los
Balcanes serán particularmente vulnerables.
“Más del 40%
de los países de Europa del Este se encuentran en las categorías de alto
riesgo. Esta región fue duramente golpeada por la crisis financiera y también
tiene muchas de las características subyacentes asociadas con el malestar”,
apunta The Economist.
Como era de
esperar, muchos países de alto riesgo se encuentran en Africa subsahariana.
Pero también
hay algunos en América Latina y Asia, incluyendo el mercado más importante del
mundo y de mayor éxito emergente, China, donde las autoridades están
constantemente nerviosas por el riesgo de protestas masivas.
Según Laza
Kekic, de The Economist Intelligence Unit, las dificultades económicas no explican
por completo las rebeliones. “La disminución de los ingresos y el alto
desempleo no siempre son seguidos por disturbios. Sólo cuando se acompañan de
otros elementos de vulnerabilidad existe un alto riesgo de inestabilidad. Tales
factores incluyen una amplia desigualdad de ingresos, un mal gobierno, bajos
niveles de prestaciones sociales, tensiones étnicas y un historial de
disturbios. De particular importancia para desencadenar disturbios en los
últimos tiempos parece haber sido la erosión de la confianza en los gobiernos e
instituciones: una crisis de la democracia”.
En el caso
de Argentina, el politólogo Rosendo Fraga explica que “la consideración de The
Economist pareciera tener fundamento”.
En ese
sentido, recuerda que durante este mes Argentina está sufriendo “una suerte de
crisis social”: “En la primera quincena tuvo lugar la huelga policial más
extendida de la historia y la ola de saqueos cuantitativamente más importante.
En la segunda quincena sufre una puja salarial desatada por los aumentos
policiales y los cortes de luz y agua, originados en la falta de inversión en
infraestructura que hace crisis por una de las olas de calor peores desde que
hay registro de clima, originando protestas en las calles que van en aumento”.
En la vereda
opuesta, el analista político Julio Burdman cree que en Argentina “lo peor ya
pasó”. Y destaca que “hay que recordar que The Economist siempre predice
inestabilidad política y social para América Latina, y se equivoca con
frecuencia”. En ese sentido, apunta que en 2009 la revista predijo una oleada
de inestabilidad para la región y, en cambio, casi todos los gobiernos fueron
reelegidos.
En relación
a Venezuela, en tanto, el analista político de ese país y director de
Datanálisis, Luis Vicente León, señala que “es seguro que habrá conflictos y
protestas en diferentes regiones y sectores, pues es lo típico de una economía
en deterioro como la venezolana. Y esa conflictividad será evidente y hasta
podría ser en algunos casos estruendosa, pero de ahí a esperar la masificación
de esa acción hasta que sea un evento peligroso para la estabilidad del
gobierno me parece que hay un brinco muy alto”.
Por su
parte, el analista político boliviano Carlos Toranzo desestima que en 2014, un
año electoral en su país, las protestas pongan en peligro la estabilidad del
gobierno de Evo Morales. “La verdad es que no creo posibles estallidos sociales
muy fuertes, pues el gobierno tiene dominados los movimientos sociales y la
oposición política es débil. Y, además, todavía hay un boom económico que se
refleja en altas tasas de crecimiento”.
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