El deseo de un precandidato
No entiendo a este incipiente político, a quien sentimos confundido y desenfocado de la lucha que libra su organización por doblarle el pulso a Miguel Vargas, para que dentro de los estatutos, proceda a convocar los organismos de cara a la a la convención que ha de escoger a las autoridades internas, y luego a su candidato presidencial, senadores, diputados, alcaldes y regidores.
En el PRD debe haber primarias para renovar los cuadros dirigenciales, pero nos preguntamos, cuál es el papel que está jugando la secta de Luis Abinader para que ello se logre, si su accionar solo se limita a caminar pueblos, viajar al exterior, arreglar casitas en un campo, mientras sus seguidores, por la parte trasera y a escondidas mantienen conversaciones estériles con Vargas Maldonado.
A Luis hay que recordarle, que cuando un grupo de juristas del Partido Revolucionario Dominicano trataban, hasta el cansancio, en el salón de audiencia del Tribunal Superior Electoral, de disminuir la fuerza de Vargas, gente suya, en busca de protagonismo, a espalda de todos, negociaba con el presidente virtual del PRD.
Luis debe comprender que el momento que vive el PRD es de movilización, asambleas regionales, provinciales, y zonales, para luego concluir en una gran manifestación popular que fije posición frente al gobierno y le arranque la convención a Miguel Vargas.
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