Héroes, no traidores
JAIME
MARIZÁN
El Autor
es: Administrador de Empresas, Escritor y conferencista sobre temas espirituales. Director
Ejecutivo del Consejo Regional de Desarrollo (CRD) del Nordeste, con sede en
San Francisco de Macorís
Hay personas
que sin importar las consecuencias deciden actuar de acuerdo a lo que les dicta
la consciencia, lo que para ellos es su propia verdad. Algunas de las
características de estas personas es que son muy valientes, aguerridos
proactivos, auténticos y con un sentimiento de amor por la Patria. Ellos se
apegan a lo que consideran verdadero y justo, sin tener en cuenta los intereses
que tocan.
Algunas
veces me he preguntado, ¿qué sería de nuestro país si no tuviéramos a Juan
Bolívar Díaz, Fausto Rosario, Gustavo Olivo Peña, Huchi Hora, Nuria
Piera, Alicia Ortega y otros comunicadores valientes que actúan apegados a su
propia consciencia?. Nombro a estos porque son los que últimamente han sido
afectados por el fanatismo, el extremismo y la intolerancia.
Si
teniéndolos se producen tantas inconductas, actos de corrupción, violaciones a
la ley y tantos otros desmanes, podemos imaginar cómo estaríamos sin estas
personas que realizan denuncias tan valientes y coherentes, con el anhelo de
que tengamos una nación donde reine la justicia y el orden.
En este
sentido, somos muchos los que extrañamos las candentes denuncias de Don Freddy
Beras Goico, ya que siempre fueron clamores de justicia, gritos de la
consciencia nacional que reclamaba, a través de uno de sus instrumentos, una
acción más acorde con el bien social.
Algunas
veces me he preguntado, ¿qué sería de nuestro país si no tuviéramos a Juan
Bolívar Díaz, Fausto Rosario, Gustavo Olivo Peña, Huchi Hora, Nuria
Piera, Alicia Ortega y otros comunicadores valientes que actúan apegados a su
propia consciencia?
En algunos
casos podrían estar equivocados, pero lo que no podemos reclamarles es que
están actuando movidos por intereses personales, ya que en todas sus acciones
se vislumbra autenticidad, estos comunicadores son genuinos, son así y siempre
lo han sido, no han tenido dobleces, todos lo sabemos.
Lo que pasa
es que en ocasiones sus planteamientos están de acuerdo con lo que pensamos y
otras veces no. Cuando denuncian algo que aprobamos, los aplaudimos, y cuando
se expresan en contra de lo que pensamos, los denigramos y algunos hasta tratan
de atentar contra su integridad física y socavar un reconocimiento ganado en
buena lid.
Estos
comunicadores son parte de una consciencia nacional que reclama que se actúe
apegado a un sentimiento de justicia social, en el que los derechos sean
respetados y los deberes cumplidos. Incluso, si lo pensamos bien, estos
comunicadores son verdaderos héroes, porque ellos se atreven donde muchos salen
corriendo o simplemente callan, ellos libran guerras en donde representan a
David contra Goliat, pero eso no les importa, porque tienen algo que Gandhi
llamó Sathyagraha o fuerza del Alma.
Esa fuerza
del Alma, esa convicción profunda, ese apego a lo correcto, a lo que dicta la
consciencia, es fundamental para enrumbar el país hacia un clima de justicia,
de igualdad de oportunidades, de respeto a los bienes públicos y de convivencia
pacífica.
Se puede o
no estar de acuerdo con lo que plantea algún comunicador, pero eso no le da
derecho a nadie a atentar contra su integridad física, su buena reputación, o a
motivar a otras personas a hacerlo, tildándolos con epítetos que están muy
lejos de la realidad, ya que una persona que actúa apegado a lo que dicta su
consciencia, es lo más cercano al ideal que Dios tuvo cuando pensó en el Ser
Humano.
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