Cáncer de próstata tratamientos, síntomas e información
¿Qué es?
La próstata
es la glándula sexual del hombre encargada de producir el semen. Es del tamaño
de una nuez y se encuentra debajo de la vejiga de la orina, rodeando a la
uretra. A diferencia de otro tipo de cáncer, el de próstata se caracteriza por
evolucionar de forma muy lenta. El cáncer de próstata es extremadamente
frecuente, aun cuando su causa exacta sea desconocida. Cuando se examina al
microscopio el tejido prostático obtenido tras una intervención quirúrgica o en
una autopsia, se encuentra cáncer en el 50 por ciento de los hombres mayores de
70 años y prácticamente en todos los mayores de 90.
Causas
Sobre la
base de las observaciones epidemiológicas se han sugerido cuatro causas
principales del cáncer prostático:
Factores genéticos
Aunque
existen indicios que involucran a los factores genéticos en la causa del cáncer
prostático, es difícil separar estos factores de los factores ambientales.
Estudios genéticos han mostrado que existe un gen específico del cromosoma 1 ó
gen HPC-1 que aumenta la probabilidad de contraer cáncer de próstata.
Factores hormonales
Varias
estudios han sugerido que los factores hormonales pueden tener importancia en
el desarrollo del cáncer de próstata. Éstos incluyen:
La
dependencia de las hormonas andrógenas (masculinas) de la mayoría de los
cánceres de próstata.
El hecho de
que el cáncer prostático no aparece en los eunucos.
El hecho de
que el cáncer prostático puede ser inducido en ratas mediante la administración
crónica de estrógenos y andrógenos (hormonas femeninas y masculinas).
La frecuente
asociación de cáncer prostático con áreas de atrofia prostática esclerótica.
Factores ambientales
Quienes
emigran de regiones de baja incidencia a regiones de alta incidencia mantienen
una baja incidencia de cáncer prostático durante una generación y luego adoptan
una incidencia intermedia. También se han identificado varios factores
ambientales que podrían ser promotores del cáncer de próstata. Éstos incluyen:
Dieta alta
en grasas animales.
La
exposición al humo del escape de los automóviles.
La polución
del aire, cadmio, fertilizantes y sustancias químicas en las industrias de la
goma, imprenta, pintura y naval.
Agentes infecciosos
Se ha
considerado que los agentes infecciosos transmitidos por vía sexual podrían
causar cáncer prostático, sin embargo, los estudios epidemiológicos,
virológicos e inmunológicos han brindado resultados contradictorios. Los
estudios epidemiológicos han sugerido un aumento en el riesgo de cáncer
prostático asociado con un mayor número de compañeros sexuales, una historia
previa de enfermedad de transmisión sexual, frecuencia del acto sexual,
relación con prostitutas y edad temprana de comienzo de la actividad sexual.
En
contraste, otros estudios han sugerido que existe un mayor riesgo de cáncer
prostático asociado con la represión de la actividad sexual, como un comienzo
en edad más tardía, un pico más temprano y una cesación prematura de la
actividad sexual. Por otra parte, algunos trabajos han mostrado un mayor riesgo
entre los pacientes que nunca estuvieron casados y un riesgo aún mayor entre
aquellos que tuvieron niños, pero otros estudios no han mostrado una
correlación significativa con el estado marital o con el número de
hijos. De forma similar, los estudios de potenciales agentes infecciosos
no han brindado resultados concluyentes, como tampoco proporcionan pruebas
concretas para una causa infecciosa de cáncer prostático.
Síntomas de Cáncer de
próstata
Los síntomas
de la enfermedad pueden tardar mucho tiempo, incluso años, en manifestarse. Por
lo general, pasado un tiempo el cáncer se puede manifestar mediante
alteraciones en la función de orinar (incapacidad para hacerlo, efectuarlo de
forma muy frecuente, sentir dolor o padecer incontinencia). Junto con estos
síntomas, el paciente puede padecer un dolor frecuente en la parte baja de la
espalda, tener una vida sexual problemática e incluso expulsar sangre en la
orina o en el semen. No obstante, estas alteraciones físicas no siempre
implican la existencia de cáncer.
Prevención
Esta
enfermedad presenta unos síntomas que tardan muchos años en manifestarse. Por
este motivo, es muy importante que las personas que tienen posibilidades de
contraer la enfermedad se sometan a exámenes médicos de forma frecuente. Es importante
recordar el hecho que el hombre tiene mayores posibilidades de padecer la
enfermedad a medida que envejece.
Diagnósticos
A pesar de
la evolución lenta de la enfermedad y de la manifestación tardía de sus
síntomas, el cáncer de próstata puede diagnosticarse mediante pruebas médicas.
A través de un examen digital (palpamiento en la zona afectada) o un análisis
de sangre especial, se puede llegar a detectar la enfermedad antes de que los
síntomas se presenten. Tras una revisión física general, el urólogo hará
preguntas sobre los síntomas y antecedentes médicos, y procederá a realizar
algunos de los siguientes exámenes:
Examen
rectal digital (tacto rectal)
En esta prueba, mediante un guante lubrificado, el médico
inserta un dedo en el recto (último tramo del intestino grueso) del paciente
para detectar la existencia de alguna área irregular dura (hinchazón o
protuberancia), que podría ser indicio de cáncer. A pesar de ser incómoda, se
trata de una prueba rápida e indolora.
Análisis
de sangre
O prueba de determinación del antígeno prostático específico. Esta prueba -de
gran utilidad en los llamados "cánceres silenciosos"- consiste en la
extracción de sangre para detectar la existencia de una sustancia producida por
la próstata llamada antígeno prostático específico (PSA).
Examen de
orina
Con una
muestra de orina, el médico puede determinar si ésta tiene sangre o señales de
alguna anomalía, como podría ser una infección, hiperplasia (agrandamiento) de
próstata o marcadores de cáncer.
Ecografía
transrectal (TRUS)
Uso de ondas sonoras para crear una imagen de la próstata en una pantalla de
vídeo en la que se podrán detectar pequeños tumores. La colocación de la sonda
en el recto puede ser incómoda, pero no dolorosa. La prueba se efectúa en la
consulta médica y su duración oscila entre 10 y 20 minutos. Es un método
seguro pero caro, con una sensibilidad (probabilidad de diagnosticar la
enfermedad cuando ésta realmente existe) alta del 97 por ciento y una
especificidad (probabilidad de dar resultado negativo cuando no existe la
enfermedad) más baja, 82 por ciento. Presenta una tasa elevada de falsos
positivos (individuos diagnosticados como enfermos cuando en realidad son
sanos) debido a la similitud ecográfica del cáncer y las inflamaciones benignas
de la próstata.
Biopsia
de próstata
El
diagnóstico del cáncer de próstata sólo puede confirmarse tomando una muestra
de tejido (biopsia). La biopsia consiste en la inserción de una aguja en la
próstata con la intención de extraer parte de su tejido celular y analizarlo.
Este análisis permite confirmar o descartar la existencia de la enfermedad.
Tratamientos
Este tipo de
cáncer se desarrolla de forma muy lenta, provocando que, en muchas ocasiones,
el tratamiento tenga que efectuarse durante un largo plazo de tiempo. Se debe
destacar, sin embargo, que si el cáncer se detecta en su primera fase, cuando
todavía se encuentra dentro de la próstata, el paciente puede tener una larga
expectativa de vida. El tratamiento de la próstata depende básicamente del
estado evolutivo de la enfermedad. Datos como el grado, la etapa del cáncer o
la edad y el estado de salud del paciente son muy importantes para decidir el
tratamiento a seguir. Actualmente hay cuatro formas de proceder para reducir
y/o extraer el cáncer de próstata:
Cirugía
Procedimiento que consiste en la
extracción de la glándula prostática entera y los tejidos ubicados a su
alrededor. Algunas veces se extraen también los gánglios linfáticos del área
pélvica (parte inferior del abdomen, localizada entre los huesos de la cadera).
Este tipo de intervención, conocida con el nombre de prostatectomía radical, se
puede llevar a cabo mediante dos tipos de procedimientos:
Prostatectomía
retropúbica
La
extracción se efectúa a través de una incisión en el abdomen.
Prostatectomía
perineal
La
intervención se lleva a cabo mediante una incisión en la área comprendida entre
el escroto y el ano.
Radioterapia.
Este tratamiento se puede combinar con el de la cirugía, ya sea para preparar
la zona afectada para la extracción del tejido afectado o para intentar limpiar
la zona después de la intervención quirúrgica. En este caso, se puede proceder
de dos formas diferentes:
Tratamiento
interno
(mediante
la inserción cerca del tumor de un pequeño contenedor de material radiactivo).
Se trata de un implante que puede ser temporal o permanente, y que al ser
extraído no deja ningún tipo de rastro radiactivo dentro del cuerpo.
Tratamiento
externo
(aplicación
de las radiaciones a través de máquinas externas). Este procedimiento, que
tiene una duración de 6 semanas (5 días a la semana), consiste en la
orientación de las radiaciones hacia el área pélvica.
Terapia
hormonal. La evolución del tumor está vinculada a la acción de la testosterona,
una hormona sexual masculina. El tratamiento hormonal tiene como objetivo
reducir los niveles de testosterona en el organismo o bien bloquear los efectos
de esta hormona sobre la próstata. Observación permanente (efectuar controles
frecuentes de la zona afectada). Se trata de la observación y vigilancia del
estado del cáncer. Esta opción se recomienda especialmente a los pacientes
mayores que sufren otro tipo de enfermedades que pueden deteriorar su salud. Es
importante destacar el hecho que el cáncer de próstata es una enfermedad muy
lenta, y por tanto el tratamiento también se prolongará. En la mayoría de
ocasiones los pacientes de esta enfermedad vivirán con el cáncer, sin que sea
éste, necesariamente, la causa de su muerte.
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