La obesidad infantil es camino a hipertensión
La obesidad infantil es camino
a hipertensión
Asociación
Americana del Corazón concluyó en que los niños obesos tienen cuatro veces más
posibilidades de desarrollar males cardíacos en la adultez
Cristina
G. Lucio
Madrid, España.- Vivir una infancia con sobrepeso
tiene consecuencias. Y, aunque la investigación sobre estos efectos aún no es
muy extensa, los datos que manejan los especialistas son más que preocupantes.
En el
congreso sobre hipertensión que está celebrando estos días en EEUU la
Asociación Americana del Corazón (AHA) se han presentado unas cifras que no por
esperadas dan menos quebraderos de cabeza.
Según sus
datos, los niños obesos tienen un riesgo cuatro veces superior de convertirse
en hipertensos en la edad adulta.
En el caso
de los pequeños con sobrepeso -el exceso no llega a considerarse obesidad- este
riesgo se reduce un poco, aunque las posibilidades de tener problemas con la
tensión arterial en la madurez también doblan a las del resto de sus
compañeros.
La doctora
Sara E. Watson, endocrinóloga pediátrica del Riley Hospital for Children de
Indiana (EEUU) ha sido la encargada de presentar en la reunión estas cifras,
obtenidas tras una investigación que comenzó en 1987 y que ha realizado un
seguimiento hasta la actualidad a 1.117 chicos que eran pequeños cuando se
inició el trabajo.
En esa
muestra el 68% de los pesos presentaba un peso normal, un 16% tenía sobrepeso y
el 16% restante, obesidad.
Pasados los
años, los investigadores comprobaron que mientras que el 6% de los niños de
peso considerado normal habían desarrollado hipertensión en la edad adulta,
este porcentaje alcanzaba al 26% de los participantes que habían sido obesos en
la infancia.
Estos datos,
ha señalado la especialista, subrayan la gran amenaza para la salud pública que
suponen los kilos de más en la edad pediátrica. La enfermedad cardiovascular
puede empezar en la infancia, ha recordado.
De la misma
opinión es Empar Lurbe, que dirige un grupo de investigación sobre las
consecuencias de la obesidad infantil en el Centro de Investigación en Red de
la Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn).
Según
explica, la hipertensión, que antes era un fenómeno prácticamente desconocido
en las consultas de pediatría, cada vez es una realidad más palpable en nuestro
país debido a los crecientes problemas de sobrepeso de la población infantil.
La
constatación de este cambio llevó, en 2009, a la elaboración de la primera guía
europea para el manejo del trastorno, un documento en el que participó la
propia Lurbe y que marca los pasos a seguir para un adecuado control de la
enfermedad.
"Se
considera que existe hipertensión cuando el niño tiene de forma continuada una
presión sistólica y/o diastólica por encima del percentil 95 en relación a su
sexo, edad y talla", comenta Lurbe, quien subraya que esta guía recomienda
tomar la tensión a los pequeños a partir de los tres años.
Controlar la
presión arterial desde la infancia no sólo es importante para prevenir
problemas futuros, recuerda la especialista del Consorcio Hospital General
Universitario de Valencia, sino para detener trastornos que ya pueden comenzar
a gestarse en las primeras etapas de la vida.
"La
hipertensión tiene una serie de repercusiones, tanto a nivel de los vasos
sanguíneos, como a nivel del corazón o a nivel del riñón", señala.
En cuanto se
detecta una hipertensión infantil, las guías europeas recomiendan hacer las
pruebas pertinentes para conocer si hay afectación de los órganos (por ejemplo,
una prueba de la secreción urinaria de albúmina para conocer el estado del
riñón o un eco cardiograma para comprobar si ha aumentado la masa ventricular
en el corazón).
"Si eso
pasa, además del tratamiento habitual, basado en la dieta y el ejercicio,
también es necesario iniciar un tratamiento farmacológico con el que intentar
revertir el problema", aclara Lurbe, quien subraya que es necesario tener
siempre en cuenta a la hipertensión en las consultas de pediatría.
Un Apunte
Caso
dominicano
La obesidad infantil en en
el país ha ido en incremento en los últimos años, debiéndose tornar como
preocupación alarmante para los padres, pareciera lo contrario ya que
tener un niño en sobrepeso y obesidad es erróneamente sinónimo de que
está bien alimentado.
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